Soñé con un día normal, donde estaba con cuatro amigos tomando una caminata de repente comenzó a llover así que, corrimos al final de la calle; encontramos una casa muy particular, una muy grande y muy oscura, sin pensarlo entramos allí, la verdad no nos imaginábamos nada malo; la casa estaba desierta, amoblada pero sola, comenzamos a recorrerla, tenia un aspecto tenebroso, yo tenia mucha curiosidad así que recorrimos cada pasillo y cada habitación. Hubo un momento en que empecé a tener un mal presentimiento, si bien estaba motivada, el ambiente proporcionaba cierta incertidumbre, así que trate de dejar eso a un lado y empecé a explorar la casa de nuevo, por mi cuenta, dejando a mis amigos en la sala de la casa.
Cada habitación era tan diferente de la otra, todas ofrecía un habiente diferente, había como tesoros en cada una de ellas. Todo era hermoso pero hubo una que capto mi atención, pues las demás estaba llenas de artículos de varias culturas, mas esta era realmente especial, toda la casa lucia oscura pero esa habitación estaba totalmente pintada de blanco y no tenia muebles, lo único que allí había era una sabana negra en el centro de la habitación y muchas velas blancas, parecía que hubiese sido puesto allí hace mucho tiempo, pero cuando entre, debo decir, con algo de miedo; vi sobre el cojín un hombre vestido de blanco y en posición de meditación, y me invito a sentarme junto a el, hablamos de tantas cosas, pues quede sorprendida al escucharlo, ya que parecía haberme conocido de toda la vida, sentí una paz total, pues aunque no lo conociera no fue impedimento para compartir con el mis sentimientos , al salir de la habitación paso algo mas sorprendente, toda la casa se había aclarado totalmente, camine y llegue a un jardín hermosísimo que parecía de cuento, con muchas flores de muchos colores, y así pase toda la noche caminando, regrese a la habitación blanca, me recosté y al despertar todo era diferente, estaba en el jardín de mi casa, sola. La verdad aun no se si fue un sueño o si realmente sucedió, pero fue como darle un giro a mi vida, pues lo que sentía en ese lugar, y lo que aprendí del misteriosos hombre, nunca lo voy a olvidar.